Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

viernes, 16 de marzo de 2012

Solidaridad y frío en marcha


Caminantes entraron a Chimborazo

Uno de los carros de la Superintendencia de Telecomunicaciones que serviría para controlar frecuencias ilegales, llegó a la protesta

Por: Daniela Aguilar de la Torre

Desde Alausí

Mientras decenas de indígenas, campesinos y miembros de organizaciones sociales llegaban alrededor de las 22:30 del miércoles último a Chunchi (Chimborazo) dentro del recorrido trazado en la "Marcha por el agua, la vida y la dignidad", que salió de Zamora el 8 de marzo pasado y arribará a Quito el próximo 22, Lady, de 5 años, acomodaba con dificultad las sillas del comedor de la casa parroquial.

En la cocina contigua, unas ocho mujeres daban los últimos toques a una gran olla de aguado preparado con 25 gallinas. "De aquí salen como 400 platos", comentó Silvia Guayar, catequista que colaboró en la preparación de la comida desde las 13:00.

Afuera, un frío intenso recibía a los marchistas, que se reunieron un kilómetro antes de llegar a Chunchi e ingresaron cantando consignas en contra de la minería. "A la China diste (bis), todo el oro, pero nos engañaste, pero nos mentiste y con la derecha amaneciste", se escuchaba. Los acompañaban varios habitantes del lugar. Ya en el parque central y frente a la casa parroquial que luego los acogería, los manifestantes se colocaron alrededor de una camioneta que sirvió de tarima improvisada a la dirigencia.

"Tengan cuidado, compañeros, con los carros, con las mochilas", dijo Delfín Tenesaca, presidente de la Ecuarunari, y advirtió que gobiernistas podían colocar drogas para boicotear la marcha. Tenesaca recordó que esa tarde descubrieron a un policía armado e infiltrado en su paso por Cañar.

Una vez terminado el mitin, y como es costumbre en las noches de la marcha, los convocados cenaron antes de organizarse para dormir.

Decenas tarrinas con aguado comenzaron a desfilar por el comedor de la Casa Parroquial, en la que se agotaron los asientos. Por ello, comensales como Fernanda Paguai, de 25 años, y representante del pueblo Cayami (Pichincha) optaron por sentarse en el piso. "En ningún lugar nos han rechazado, solo la Policía", dijo la joven, complacida por la acogida. Otro, como el vicepresidente de la Conaie, Pepe Acacho, prefirieron comer parados.

Hombres y mujeres de todas las edades ingresaron en los salones del segundo piso de la Casa Parroquial. Allí tendieron pedazos de espuma en formas rectangulares, que Víctor Hugo Castillo, encargado del hospedaje de los marchistas, sacó de un camión que los acompaña desde Zamora y que sirve de bodega. "Así garantizan que tienen donde acostarse cuando no encuentran colchones", indicó Castillo.

Ya en los dormitorios improvisados, los manifestantes conversaban y bromeaban abiertamente. "Aquí, en medio, queda un espacio", le dijeron dos jóvenes indígenas a una chica que buscaba dónde acomodar su colchón. "Venga, no más, que nos apretamos bien la correa", dijo entre risas uno, desatando una carcajada entre los presentes.

Unos metros más adelante, Byron Garcés, presidente de la Federación Nacional del Seguro Campesino, se colocó en la puerta de una pequeña habitación y dijo con voz enérgica a sus compañeros que aún no ingresaban: "En cinco minutos cierro la puerta".

"Él se cree el caporal, como es alto y moreno…", comentó risueño Andrés Aguirre, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE). "Aprendemos a convivir y a compartir, pero no es la primera vez", dijo Aguirre.

Las frías noches se calientan también con pláticas amenas entre marchistas. Por ejemplo, el martes anterior, Melania Angiacha, de 25 años e integrante de la Asociación Tayunsi del Alto Nangaritza (Zamora), recordaba los gritos de alegría de unos 30 jóvenes de su agrupación, mientras recorrían en canoa el trayecto desde sus comunidades hasta el muelle donde debían embarcarse en un bus que los llevaría a El Pangui, de donde arrancó la marcha. Finalmente, solo llegó una camioneta. "Los más valientes vinimos… nos subimos en cualquier carrito y por ahí personas que nos ayudan, vamos de un lado al otro, de tramo en tramo, no nos rendimos", comentó.

Mientras que Isabel Reyes, originaria de Cumbaratza, también en Zamora, contó que el momento más difícil que vivieron fue en Loja, donde una caravana de integrantes de Alianza País trató de provocarlos. "No lo lograron", aseveró. Esa noche, en un salón de la casa comunal de la Unión Provincial de Comuneros Campesinos Cañaris (UPCCC), donde se hospedaron, los anfitriones ofrecieron un programa artístico con música folklórica en vivo.

Los dirigentes indígenas e integrantes de la marcha están advertidos de posibles infiltraciones para boicotear la caminata, por lo que han optado por un control más intenso de los adherentes a su éxodo. A los periodistas se les pidió que se coloquen su credencial de prensa.

Ayer, salieron pasadas las 09:00 y se dirigieron a Alausí (Chimborazo). Allí tuvieron un acto frente al edificio municipal. "Hay una intención del gobierno de querer dirigir la marcha, quieren incluso que adelantemos tiempos, que lleguemos más rápido a Quito, que no lleguemos el 22 y que ya nos regresemos para salir ellos el 22 y decir que ellos fueron más fuertes, y que las políticas de los impuestos, las políticas del areteo del ganado, que la gente está apoyando todo eso", denunció el prefecto de Zamora Salvador Quishpe.

Por su parte, Patricia Herrera, viceprefecta de Chimborazo, aseguró que hay la intención de persuadir a los campesinos de que no se sumen a la marcha.

"Desde la misma prefectura se está pidiendo a la gente que no salga, caso contrario estarán perdiendo los proyectos (sociales)", comentó

En Alausí se sumó el asambleísta del MPD, Jorge Escala y el presidente de la Conaie, Humberto Chonlango, que se ausentó para acudir a Quito a denunciar al veedor internacional Baltasar Garzón la criminalización de la protesta indígena. Luego siguieron al cantón Guamote y tenían previsto llegar al final de la tarde a Colta, en donde tendrían un numeroso recibimiento.

La marcha se retrasó por cuestiones de transporte, los vehículos particulares dispuestos para la movilización resultaron escasos para los marchistas.

Diario Hoy

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