Rodeado de cientos de policías y militares, a las 07:45 de ayer, el tráiler de placas POP-306, con una pala mecánica en su plataforma, encabezó la caravana de camiones que trasladaba cinco retroexcavadoras incautadas por la Policía y la Fiscalía en la pequeña comunidad minera de Congüime, del cantón Paquisha (Zamora Chinchipe).
Así comenzaba la segunda jornada del gigantesco operativo de desalojo de mineros informales del área rural de Paquisha, en el que participaron unos 2.200 militares y policías y que en la víspera dejara un saldo de siete heridos (seis civiles y un gendarme), en la arremetida de las fuerzas del orden contra unos 300 mineros que se oponían a la expulsión. Ayer hubo poca resistencia. La cantidad de uniformados hizo que los mineros nada intenten.
Desalojo
El desalojo, según personeros del Ministerio de Recursos no Renovables, busca evitar que la minería antitécnica contamine los ríos. No obstante, mineros informales y dirigentes indígenas shuar aseguran que el operativo busca abrir el camino para la operación de las transnacionales Ecuacorrientes, Aurelian-Kinross y una empresa china. En la zona hay reservas probadas de oro, plata y cobre.
Los uniformados organizaron grupos de resguardo de las máquinas transportadas, cuyo destino era el Batallón de Selva 63 Gualaquiza, en Morona Santiago. Esta acción se adoptó ante el temor de que se vuelvan a repetir los enfrentamientos registrados el miércoles pasado.
El coronel Luis Ramírez, comandante policial de Zamora y uno de los jefes del operativo, manifestó que realizan sobrevuelos para identificar más maquinaria dentro del perímetro desalojado.
Retiran maquinaria
Santiago Zurita, representante del Ministerio del Interior, indicó que varias máquinas fueron retiradas y ocultadas antes del operativo. Manifestó que una vez ubicadas y comprobado que estén relacionadas con el caso, pese a que estén fuera del perímetro, se solicitará una orden judicial para retenerlas.
Por eso, doce fiscales traídos de otras provincias comandaban las tareas de incautación en más de 100 frentes mineros asentados en unas 50 hectáreas. El general Wilson Alulema, comandante del Distrito Sur de la Policía y del operativo, indicó que lo sucedido el miércoles pasado en Paquisha fue producto de políticos y falsos representantes sociales que malinforman a la comunidad. Rechazó las versiones de los mineros locales y el alcalde de Paquisha, Ángel Calva, de que existieron excesos policiales en el ingreso a Paquisha. Indicó que los uniformados que participaron en el operativo hicieron uso progresivo de la fuerza.
“Lo único que utilizamos fueron bombas lacrimógenas. Lamentamos que haya gente herida... nosotros vamos pacíficamente a los operativos. Nosotros no iniciamos lanzando piedras o dinamita. Eso lo hicieron los pobladores”, dijo Alulema.
No obstante, algunos heridos y pobladores criticaron la participación de miles de uniformados en el operativo.
José Soto, comerciante de Paquisha, afirmó que ni en las guerras contra Perú de los años 81 y 95 vio tanto policía y militar. Cuenta que su madre, Carmen Collahuazo, de 84 años, tuvo que esconderse en la montaña que está atrás del barrio Santa Rosa, luego de que se enteró de los enfrentamientos.
Nuevo gobernador
José Francisco Taqui González asume hoy el cargo de gobernador de Zamora Chinchipe en reemplazo de Jenny Rodríguez León, quien lo ostentaba y que buscaba promover el diálogo.
Mientras, desde la noche del miércoles corrió el rumor de que se había dispuesto la prisión del prefecto de esta provincia, Salvador Quishpe, por supuestamente incitar a la resistencia contra el operativo.
Testimonios: Heridos en arremetida Policial a Paquisha
Segundo Benildo Salinas
Edad: 40 años.
Estado: Permanece asilado en el hospital de Zamora con impacto de arma de fuego en el muslo izquierdo.
Un policía me disparó
“Vivo 10 años en la zona alta de Cungüimi. Compré un terreno (media hectárea) a un nativo y trabajo allí, solo saco diariamente un gramo de oro".
“A mí me invitaron y dijeron que si no participaba, más tarde nos sacarán a todos. A las 08:00 del martes se armó la bronca; yo lancé piedras para detener a los policías que se nos lanzaron con todo. Nunca había estado en esto, pero de reojo miré hacia atrás y vi a un policía con una escopeta que me disparó. Ahí me quedé tendido en el piso, me ahogaba en gases y el dolor era insoportable; me auxilió un civil.
“Esto es un castigo. Porqué, que el señor Presidente no nos deja tranquilos por lo menos un tiempo o asigna un área; yo no tengo máquinas”.
Juan Ogoño Salinas
Edad: 32 años.
Estado: Está asilado en el Hospital de Zamora, con trauma por herida de bala en la región glútea.
Rechazo la negociación
“Trabajo para unos mineros de Zamora desde hace cuatro años. Nuestra tarea es día y noche en jornadas de tres personas cada turno".
“A nosotros se nos pasó la voz que debemos defender nuestro trabajo. No tenía dinero, pero en fin llegué a Paquisha la noche del lunes; bajamos colchones, cocinas y más cosas que teníamos en nuestro rancho. Las máquinas las sacaron más pronto, corrió la voz de que esto se acaba.
“El miércoles yo estaba en el puente. Cuando llovió, sin que nadie les diga nada a los policías lanzaron las bombas lacrimógenas. Yo comencé a correr y sentí como un fuerte golpe en la pierna que me botó al piso. No pude ver a nadie, pero atrás de nosotros solo estaban policías”.
FUENTE: EL UNIVERSO
Así comenzaba la segunda jornada del gigantesco operativo de desalojo de mineros informales del área rural de Paquisha, en el que participaron unos 2.200 militares y policías y que en la víspera dejara un saldo de siete heridos (seis civiles y un gendarme), en la arremetida de las fuerzas del orden contra unos 300 mineros que se oponían a la expulsión. Ayer hubo poca resistencia. La cantidad de uniformados hizo que los mineros nada intenten.
Desalojo
El desalojo, según personeros del Ministerio de Recursos no Renovables, busca evitar que la minería antitécnica contamine los ríos. No obstante, mineros informales y dirigentes indígenas shuar aseguran que el operativo busca abrir el camino para la operación de las transnacionales Ecuacorrientes, Aurelian-Kinross y una empresa china. En la zona hay reservas probadas de oro, plata y cobre.
Los uniformados organizaron grupos de resguardo de las máquinas transportadas, cuyo destino era el Batallón de Selva 63 Gualaquiza, en Morona Santiago. Esta acción se adoptó ante el temor de que se vuelvan a repetir los enfrentamientos registrados el miércoles pasado.
El coronel Luis Ramírez, comandante policial de Zamora y uno de los jefes del operativo, manifestó que realizan sobrevuelos para identificar más maquinaria dentro del perímetro desalojado.
Retiran maquinaria
Santiago Zurita, representante del Ministerio del Interior, indicó que varias máquinas fueron retiradas y ocultadas antes del operativo. Manifestó que una vez ubicadas y comprobado que estén relacionadas con el caso, pese a que estén fuera del perímetro, se solicitará una orden judicial para retenerlas.
Por eso, doce fiscales traídos de otras provincias comandaban las tareas de incautación en más de 100 frentes mineros asentados en unas 50 hectáreas. El general Wilson Alulema, comandante del Distrito Sur de la Policía y del operativo, indicó que lo sucedido el miércoles pasado en Paquisha fue producto de políticos y falsos representantes sociales que malinforman a la comunidad. Rechazó las versiones de los mineros locales y el alcalde de Paquisha, Ángel Calva, de que existieron excesos policiales en el ingreso a Paquisha. Indicó que los uniformados que participaron en el operativo hicieron uso progresivo de la fuerza.
“Lo único que utilizamos fueron bombas lacrimógenas. Lamentamos que haya gente herida... nosotros vamos pacíficamente a los operativos. Nosotros no iniciamos lanzando piedras o dinamita. Eso lo hicieron los pobladores”, dijo Alulema.
No obstante, algunos heridos y pobladores criticaron la participación de miles de uniformados en el operativo.
José Soto, comerciante de Paquisha, afirmó que ni en las guerras contra Perú de los años 81 y 95 vio tanto policía y militar. Cuenta que su madre, Carmen Collahuazo, de 84 años, tuvo que esconderse en la montaña que está atrás del barrio Santa Rosa, luego de que se enteró de los enfrentamientos.
Nuevo gobernador
José Francisco Taqui González asume hoy el cargo de gobernador de Zamora Chinchipe en reemplazo de Jenny Rodríguez León, quien lo ostentaba y que buscaba promover el diálogo.
Mientras, desde la noche del miércoles corrió el rumor de que se había dispuesto la prisión del prefecto de esta provincia, Salvador Quishpe, por supuestamente incitar a la resistencia contra el operativo.
Testimonios: Heridos en arremetida Policial a Paquisha
Segundo Benildo Salinas
Edad: 40 años.
Estado: Permanece asilado en el hospital de Zamora con impacto de arma de fuego en el muslo izquierdo.
Un policía me disparó
“Vivo 10 años en la zona alta de Cungüimi. Compré un terreno (media hectárea) a un nativo y trabajo allí, solo saco diariamente un gramo de oro".
“A mí me invitaron y dijeron que si no participaba, más tarde nos sacarán a todos. A las 08:00 del martes se armó la bronca; yo lancé piedras para detener a los policías que se nos lanzaron con todo. Nunca había estado en esto, pero de reojo miré hacia atrás y vi a un policía con una escopeta que me disparó. Ahí me quedé tendido en el piso, me ahogaba en gases y el dolor era insoportable; me auxilió un civil.
“Esto es un castigo. Porqué, que el señor Presidente no nos deja tranquilos por lo menos un tiempo o asigna un área; yo no tengo máquinas”.
Juan Ogoño Salinas
Edad: 32 años.
Estado: Está asilado en el Hospital de Zamora, con trauma por herida de bala en la región glútea.
Rechazo la negociación
“Trabajo para unos mineros de Zamora desde hace cuatro años. Nuestra tarea es día y noche en jornadas de tres personas cada turno".
“A nosotros se nos pasó la voz que debemos defender nuestro trabajo. No tenía dinero, pero en fin llegué a Paquisha la noche del lunes; bajamos colchones, cocinas y más cosas que teníamos en nuestro rancho. Las máquinas las sacaron más pronto, corrió la voz de que esto se acaba.
“El miércoles yo estaba en el puente. Cuando llovió, sin que nadie les diga nada a los policías lanzaron las bombas lacrimógenas. Yo comencé a correr y sentí como un fuerte golpe en la pierna que me botó al piso. No pude ver a nadie, pero atrás de nosotros solo estaban policías”.
FUENTE: EL UNIVERSO
