El presidente Correa, muy seguro del eco que tienen sus intervenciones sabatinas itinerantes, afirma con énfasis que todo lo que hacen y dicen sus opositores lo desbarata en la tribuna de los sábados. Y mete a todos en un solo saco mediante las generalizaciones. Así el Ejecutivo, su partido Alianza PAIS y los aliados ansiosos de demostrar méritos de los cuales carecen, cometen un error que más pronto que tarde pagarán muy caro.
Esto se refleja en el afán de imponer las versiones oficiales de los hechos, con el fin de fortalecer al movimiento PAIS, que se encuentra, en estos momentos en que tiene el poder, en la peligrosa etapa del crecimiento artificial del número de adeptos, que anhelan ser invitados a la mesa burocrática de donde se levantarán seguramente con indigestión.
De esta forma la interpretación de la marcha de la Conaie se ha vuelto un hecho exageradamente sensible. Cualquier referencia a los acontecimientos que afectan al Gobierno puede convertirse en un torbellino en el cual se pierde la noción de la realidad. Tal como aconteció en el 30-S.
Al comentar la marcha y contramarcha dije lo que vi y también vio un gran sector de ecuatorianos. En una mesa larga, muy larga, instalada en el parque del Arbolito en donde se organizaba la contramarcha, se habían colocado recipientes rebosantes de sánduches para que se sirvan los participantes del acto con el cual el Gobierno intentó neutralizar la marcha de la Conaie. Testigos: todos los ciudadanos que se informaron de los hechos a través de la televisión.
Un reportero que seguramente pertenecía a la "prensa corrupta" entrevistó a un ciudadano sobre los motivos de su asistencia al acto, y el entrevistado (mientras consumía un sánduche) dijo claramente que estaba en la marcha porque le ofrecieron comida (que estaba consumiendo), y que pronto iba a recibir los 20 dólares de "viáticos". Testigos: todos los que se informaban de los hechos por los noticieros televisados.
"La verdad, solo la verdad, nada más que la verdad".
EcuadorUrgente
Esto se refleja en el afán de imponer las versiones oficiales de los hechos, con el fin de fortalecer al movimiento PAIS, que se encuentra, en estos momentos en que tiene el poder, en la peligrosa etapa del crecimiento artificial del número de adeptos, que anhelan ser invitados a la mesa burocrática de donde se levantarán seguramente con indigestión.
De esta forma la interpretación de la marcha de la Conaie se ha vuelto un hecho exageradamente sensible. Cualquier referencia a los acontecimientos que afectan al Gobierno puede convertirse en un torbellino en el cual se pierde la noción de la realidad. Tal como aconteció en el 30-S.
Al comentar la marcha y contramarcha dije lo que vi y también vio un gran sector de ecuatorianos. En una mesa larga, muy larga, instalada en el parque del Arbolito en donde se organizaba la contramarcha, se habían colocado recipientes rebosantes de sánduches para que se sirvan los participantes del acto con el cual el Gobierno intentó neutralizar la marcha de la Conaie. Testigos: todos los ciudadanos que se informaron de los hechos a través de la televisión.
Un reportero que seguramente pertenecía a la "prensa corrupta" entrevistó a un ciudadano sobre los motivos de su asistencia al acto, y el entrevistado (mientras consumía un sánduche) dijo claramente que estaba en la marcha porque le ofrecieron comida (que estaba consumiendo), y que pronto iba a recibir los 20 dólares de "viáticos". Testigos: todos los que se informaban de los hechos por los noticieros televisados.
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