Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

martes, 10 de abril de 2012

Ecuador: Una marchade revolucionarios contra una marcha contra el Revolucionario





Escrito por Decio Machado
Martes, 10 de abril 2012 10:10

La Marcha de los Movimientos Sociales y el poder a favor del gobierno contramarcha contrapuesto al poder el 22 de marzo de 2012 en la ciudad de Quito, Ecuador.

Fuente: Punto de Vista Internacional

La historia reciente de este evento comenzó el 15 de enero de este año. 2000 personas se movilizaron de diversas partes del país, que representan a diversas organizaciones sociales y políticas, decidió, en Yanzatza, para iniciar la Marcha por la Vida, el Agua y la Dignidad de los Pueblos. Su punto de partida sería el cantón de El Pargui en Zamora Chinchipe, un área que se verá afectado por la operación de minería a cielo abierto. Su inicio estaba previsto para el 08 de marzo, Día Internacional de la Mujer. La marcha comenzó tres días después de la firma del proyecto minero Mirador contrato entre el gobierno y los chinos de propiedad transnacional ECSA (Ecuacorriente SA).

La marcha cubría más de setecientos kilómetros, a través de las parroquias y las capitales de provincia donde recibió diversas demostraciones de solidaridad y de incorporaciones a la movilización. Junto con la Confederación Nacional de Indígenas del Ecuador (CONAIE), representantes de la ECUARUNARI (Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador), el Frente Popular (UNE, FEUE, FESE, CUBE, CUCOMITAE, UGTE, CONFEMEC, UNAPE, JRE y UCAE ) y la Asamblea de los Pueblos del Sur movilizó para la marcha.

El 21 de marzo la marcha llegó al sur de Quito. Alrededor de 2.500 manifestantes dormían en Guamaní, la mayoría de ellos mal y muy cansado. Tenían más de 14 días las secciones combinadas en los vehículos con largas caminatas, durmiendo en pabellones deportivos, escuelas y espacios públicos.

A la mañana siguiente de la marcha partió desde el sur de Quito para el centro de la capital. Seis horas más de marcha. En esta ocasión, marcharon acompañados por miles de manifestantes que se les unieron a lo largo de las diferentes secciones de la ruta para participar en la movilización indígena y popular.

Liderando la marcha fue la CONAIE, con su presidente, Humberto Cholango. A su lado, otros líderes indígenas de los diversos pueblos y nacionalidades del Ecuador, entre ellos el prefecto de Zamora Chinchipe, Salvador Quishpe, y otros, incluyendo a los líderes sociales de los barrios, sindicatos y organizaciones de mujeres, estudiantes y ambientalistas. Detrás de ellos, dirigentes y activistas de las diversas organizaciones políticas de izquierda marcharon como parte de la Coordinadora Plurinacional (un frente común de las organizaciones a la izquierda de Correísmo: Pachatukit, Movimiento Popular Democrático, Participación, la Corriente Revolucionaria Socialista del Partido Socialista y el Vive Montecristi) .

Las banderas rojas se combinaron con la bandera multicolor indígena, las normas con el rostro del Che se mezcla con pancartas contra la mega minería. De la misma manera, las organizaciones de mujeres caminaron junto a los jóvenes estudiantes, los partidos políticos junto a organizaciones profesionales, mientras que los sectores libertarios movilizarse conjuntamente con las organizaciones de los marxistas y los sindicatos. Las imágenes de la marcha, que se reproduce por el Ecuador y los medios extranjeros de comunicación, mostró la amalgama de muchos colores de las organizaciones sociales.

Por otro lado, las movilizaciones a favor del gobierno, concebida como contramarchas en contra de una movilización supone la desestabilización del gobierno, se congregaron en cuatro diferentes espacios físicos: la Plaza de San Francisco, Plaza de la Independencia, Plaza de Sto. Domingo y el parque El Arbolito. Las posiciones se habían tomado días antes por grupos de activistas de la Alianza PAIS y organizaciones alineados.



El presidente Correa visitó a los cuatro lugares en el transcurso del día, la celebración de reuniones y arengando a sus partidarios en los diversos espacios, ya que convergieron, sucesivamente, en los alrededores del Palacio presidencial de Carondelet.

El discurso presidencial se articula sobre la base de los siguientes puntos: la marcha de los movimientos sociales tenían un carácter desestabilizador y fue fomentada por los participantes en el golpe, existía una alianza entre la izquierda y la derecha para derrocar al gobierno, tenía un objetivo electoral y el resultado de la movilización social fue un fracaso.

El Presidente vuelve al pasado con la retórica empleada durante la campaña del referéndum popular del 07 de mayo, una vez más pidiendo a la gente a "confiar en mí", lo que indica que este gobierno había defendido, entre otras cosas, el agua del Ecuador.

De acuerdo con los cálculos realizados por diversos observadores y profesionales de los medios de la contramarcha a favor del gobierno atrajo a un número más o menos similares a los movilizados por los movimientos sociales, e incluso hay algunos que se calcula que fue inferior, a pesar de las declaraciones del presidente Correa que se refieren a una supuesta "10-1" ratio a favor del gobierno o de las cifras emitidas por el ministro del gobierno de Betty Tola, que hablan de 60.000 personas en la marcha a favor del gobierno. Sin lugar a dudas, las expectativas a favor del gobierno no de manera significativa a pesar de que no quieren reconocer esto en su discurso.



Por otro lado, más allá de la cuestión técnica de los números, las diferencias entre ambas movilizaciones eran notables en diversos aspectos:

En primer lugar, la movilización social duró 15 días, es decir, desde que salió de El Pangui hasta su llegada a Quito. La marcha oficial también se movilizaron - en autobuses pagados por el estado en el día del inicio de la marcha en Quito y el día de su llegada a Quito. La estrategia de generar una contramarcha en cada una de las diferentes localidades a través del cual la avanzada de marzo tuvo que ser abandonado debido a la escasez de los participantes y la notable desigualdad numérica entre los que respondieron al llamamiento del gobierno y las manifestaciones de simpatía y solidaridad que se produjo en la localidad después de la localidad a lo largo de b de la ruta de la marcha. Los desorientados fuerzas progubernamentales tuvo que cambiar de estrategia varias veces durante la larga marcha.

Si bien la movilización de las organizaciones sociales experimentado varios obstáculos para su realización (la negación de la oficial de salvoconductos para los autobuses para viajar, los controles de la policía, la infiltración de miembros de las fuerzas públicas, boicots por parte de las autoridades locales aliadas con el gobierno y una fuerte negativos la propaganda del público o los medios de comunicación controlados por el gobierno), el oficial a favor del gobierno de marzo contó con el apoyo del Estado generoso.

Los participantes en las dos movilizaciones fueron claramente diferentes. Mientras que la marcha oficial movilizado, voluntariamente o no, los empleados públicos, los gobiernos locales y las organizaciones dependientes del Ministerio de Coordinación de Políticas, principalmente procedentes de fuera de Quito, la Marcha por la Vida contó con el apoyo de los pueblos indígenas, sectores sociales y sindicatos que se han ido suscitando vínculos con Correísmo.

Por último, mientras que las marchas de los movimientos sociales mostraron la iniciativa política, la contramarcha fue claramente reactiva. A esto hay que añadir el enorme error estratégico por parte del gobierno, que se encerró en el centro de Quito (el centro histórico de la ciudad), mientras que la movilización social fue a través de los barrios populares del sur y centro de la capital, ganando la simpatía de una gran parte de la población. Miles de personas aplaudieron la movilización social a su paso, dando fruta, agua e incluso la chicha a los manifestantes.

En resumen, dada la gran disparidad en relación con los recursos disponibles para las dos marchas, sería posible describir los resultados de la marcha oficial como representante de un fallo totalmente quemado.

La Marcha por la Vida había ganado la disputa con los días del gobierno antes de llegar a Quito

Las demandas sociales se resumen en 19 puntos, que incluía la oposición a la extensión de la frontera petrolera, la defensa de la ITT, la reforma agraria, el respeto de los derechos laborales, el rechazo de la firma de los acuerdos de libre comercio, el respeto por el ejercicio de la violencia sexual y de los derechos reproductivos, y la oposición a la criminalización social, entre otros, pero el elemento clave en el origen de la movilización social fue la defensa del agua y de la oposición a los mega-minería.

Las movilizaciones sociales, que se reproducen a lo largo de la ruta de la marcha en varios puntos del país, hizo la cuestión del agua y la minería a gran escala de un debate social que tuvo en el ámbito nacional desde antes de la movilización llegó a Quito. Un grupo de mujeres activistas fue evacuado con violencia y encarcelado después de entrar en la Embajada de China a la mano en una carta contra la mega minería en 08 de marzo. La posición autoritaria del presidente Correa, quien se ha convertido en un gran defensor de la mega-minería, facilitó esta circunstancia.

En Ecuador, la propaganda que habitualmente desarrolladas por las empresas mineras grandes transnacionales en los países donde operan no es necesario, es el presidente de la República personalmente ha sido elevado como el portavoz principal de los beneficios ofrecidos por las multinacionales extractivas grandes (en particular, petróleo y minería) de capital extranjero.

El hecho de que una movilización de estas características genera la simpatía nacional que se produjo durante la marcha mucho antes de su llegada a Quito, frente a los medios de comunicación estatales proclaman un día tras otro en contra de un supuesto golpista de marzo financiado por la extrema derecha y un presidente que insultó al manifestantes, refiriéndose a ellos como algunas personas con "plumas y ponchos", trabajó como un boomerang contra el discurso oficial. La ciudadanía ecuatoriana mostró su simpatía por los más débiles, rechazando en gran medida de la retórica presidencial y exigir el derecho a la protesta y la resistencia.

Esta situación quedó demostrada en la movilización que tuvo lugar en Cuenca el 10 de marzo, cuando unos 30.000 manifestantes movilizados en defensa del agua y mostró sus simpatías con la Marcha por la Vida. La contramarcha gobierno pro-sólo atrajo a 2.000 personas en una ciudad que alguna vez fue el bastión de la Correísmo, Ese mismo día la marcha llegó a la localidad de Saraguro, al sur.

Ante esta circunstancia, el gobierno lanzó una gran campaña en todo el territorio nacional, cuya estrategia consistió en la promoción de obras locales y otros beneficios de Correísmo, con la intención de fomentar el apoyo indígena para el gobierno y, especialmente, es Jefe de Estado. El Ministerio de Coordinación de Políticas se basó en el apoyo de los líderes que son muy sospechosas en el mundo indígena, al igual que Miguel Lluco en Chimborazo o Antonio Vargas, en Pastaza. Este tipo de maniobra era en gran medida, rechazada por las comunidades y organizaciones indígenas.

Dos días antes de las movilizaciones en Quito a las organizaciones de la Red Agraria (no alineadas con la CONAIE), que podrían definirse como la base indígena y campesina de Correísmo, presentado en la Asamblea Nacional 41.000 firmas que respaldan la propuesta de Ley de Tierras. Allí expresaron su decepción con el gobierno y es la llamada "revolución agraria". El 22 de marzo, Luis Andrango, presidente de la FENOCIN, uno de los dos más grandes organizaciones de la Red Agraria participaron en la marcha de los movimientos sociales en Quito, a pesar de mantener un perfil bajo.

Por último, cabe destacar que cuando la marcha llegó a Quito el gobierno se vio obligado a hacer concesiones consecutivas en el ámbito de la política laboral y económica: los aumentos retroactivos de salarios para los maestros, lo mismo para el Ejército, la congelación de una medida que ya se trunca por un 25% de aumento en el coste de interprovincial viajes, entre otros.

Escenarios y reflexiones para el futuro

El debilitamiento del gobierno es evidente desde el primer día a día. Las encuestas muestran que encarga 80% de apoyo para el presidente Correa no son creíbles. El hecho de que en la mañana del 23 de marzo Correa dio una entrevista de una hora en Gamanoticias (un canal del gobierno) a un periodista mediocre hoy en el servicio del régimen y anteriormente un empleado del gobierno de Lucio Gutiérrez, es un indicio más de esta debilidad. El Presidente Correa y otros ministros monopolizado los medios de comunicación en la mañana del 23-M, torpemente mantenido la tesis de que la movilización social ha sido un fracaso y su apoyo "muy pobre". Lamentablemente para el discurso oficial, las imágenes televisivas y el hecho de que una gran parte de la población de Quito, asistieron a la movilización de hecho el argumento del gobierno insostenible.

Por su parte, las organizaciones sociales y partidos de izquierda han retomado la iniciativa política, que se había perdido incluso antes de que Correa asumió la presidencia. Además, tienen, al menos coyunturalmente, marginados de la derecha, que intentó por todos los medios a participar en la marcha y no fue aceptada en cualquier momento por sus convocantes.

Los miembros conservadores de montaje de tales como César Montúfar y organizaciones políticas como el Partido Sociedad Patriótica intentó, en repetidas ocasiones a participar en la movilización, algo que nunca la CONAIE y otras organizaciones permitido. Durante los quince días de movilización, la única acción política de los partidos políticos conservadores, fue la instalación de un monumento en memoria patética del ex presidente León Febres Cordero.

El conflicto político en este momento se define en el ámbito de la izquierda social y política del Ecuador. Por un lado, una caricatura de "revolución" con el apoyo de un gobierno de perfil socialdemócrata con contradicciones muy muchos en su política económica, laboral e internacional; frente a una oposición a su izquierda, que empieza a mostrar la capacidad de movilización, una agenda común y los principios de comprensión.

El presidente Correa tiene dos opciones. Se puede optar por girar a la izquierda y para demostrar una mayor capacidad de consenso con las comunidades afectadas por su política extractivista y neo-desarrollistas, y con los movimientos sociales y las organizaciones a su izquierda, o hacer más evidente el giro conservador de el ejecutivo, la consolidación y el establecimiento de nuevas alianzas con los sectores empresariales y las organizaciones políticas a su derecha.

La erosión del gobierno, agravada por una fuerte pérdida de prestigio internacional, después de la sentencia contra el diario "El Universo", así como el descontento popular por el aumento de los precios de los productos básicos, mientras que los sectores empresariales registrar ganancias inesperadas en un momento de crisis internacional , no permite demasiado margen de maniobra para un gobierno que es de diez meses para una nueva batalla electoral.

En Ecuador, 62 grupos económicos concentran el 41% del PIB del país, la riqueza no petrolera queda en manos de los importadores, intermediarios financieros y el sector comercial, las utilidades de los grupos económicos del país creció entre 2006-2009 en el 54% más que en el período anterior (inmediatamente antes de convertirse en presidente Correa) y el banco ganó en el último año un 51% más con respecto al año anterior.

En el caso del mundo indígena, el protagonista principal de la movilización el 22 de marzo, el índice de pobreza por ingresos se cuantificó en 59,4% al cierre del ejercicio 2011 y la tasa de analfabetismo en el 20,4% (datos del INEC, Censo de de la población, 2010).

Ecuador tiene uno de los más altos índices de desigualdad en el acceso a la tierra, el índice de Gini sobre la tierra es de 0,81, y la acción gubernamental ha sido prácticamente cero durante más de cinco años de gobierno Correísta, de hecho, Correa ha declarado una y otra vez contra la la reforma agraria. La tendencia monopolizando de agua en la agricultura es también bien conocido. La población campesina, mayoritariamente indígena, con sistemas comunales de riego, representa el 86% de los usuarios. Sin embargo, este grupo tiene el 22% de las áreas regadas y tiene acceso a apenas el 13% del volumen. De esta manera, los grandes consumidores, que representan apenas el 1% de las unidades productivas, concentran el 67% del volumen de agua para el riego. Hasta ahora el gobierno de Correa no ha señalado ningún deseo de revertir esta situación y para cumplir el mandato constitucional que en su artículo 312 dice claramente "toda forma de privatización del agua está prohibido". Y no sólo eso, después de la aprobación de la Constitución, el gobierno amplió el plazo de la concesión de agua a la empresa privada Interagua, en la ciudad de Guayaquil.

De regreso a los escenarios posibles, aunque el primero es el deseado por las organizaciones sociales que convocaron la marcha, la actitud de un gobierno, rechazando el diálogo político con las organizaciones sociales en lucha y los partidos a la izquierda del régimen, lo convierte en un muy remoto posibilidad,. Sin embargo, con respecto a la segunda hipótesis, que ya hemos visto la amnistía al ex vicepresidente Alberto Dahik, acusado de corrupción, que fue defendido personalmente por el presidente Correa, y que el ex presidente Gustavo Noboa Bejaran, la incorporación a la Allianza PAIS de locales las autoridades originarias de los partidos conservadores, y la firma cada vez más probable de un acuerdo de libre comercio con los EE.UU.. Mientras tanto, el banquero Guillermo Lasso, líder del Movimiento CREO, que era considerado como un candidato potencial para la derecha en las elecciones, prácticamente se ha reducido a cero sus apariciones públicas, mientras que su entidad bancaria sigue siendo una de las herramientas fundamentales para la distribución de el Bono de Desarrollo Humano y otras subvenciones otorgada por el Estado a los sectores populares. Y no es la fusión de Madera de Guerrero y el Partido Social Cristiano, y su aparente voluntad de presentar su propio candidato presidencial, haciendo caso omiso de la posibilidad de unificar en torno a una candidatura de derecho común.

El gobierno está en el ataque en contra de las organizaciones convocantes de la marcha o las partes y las autoridades locales que en una u otra forma han apoyado. De ahí la agresiva retórica utilizada por el presidente Correa en contra del Movimiento Popular Democrático (MPD), una organización marxista-leninista del perfil que apoyaron la movilización social, o las diferentes acciones punitivas emprendidas contra la Prefectura de El Azuay,

En estas condiciones, las organizaciones sociales y políticas de la izquierda tienen la responsabilidad de generar una agenda común común de exigencias mínimas que tienen como punto de partida el mandato plurinacional de los 19 puntos reivindicados por la Marcha por la Vida, el Agua y la dignidad de la La gente, sustentado en los principios constitucionales de Montecristi. A partir de esta una plataforma política coherente de la demanda puede surgir, que debe articular una coordinación de las luchas comunes, abiertas a nuevas incorporaciones, en los protagonismos y las ambiciones electorales están en el fondo. No hay duda de que el 22-M marca una nueva era política en el Ecuador.

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