Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

lunes, 7 de mayo de 2012

Pachamama Raymi 2012 culminó en Zamora


En este año se celebró la tercera edición de esta fiesta, que busca agradecer a la madre tierra por todo lo que ofrece a la gente.

Luego de cuatro días, la Pachamama Raymi, la fiesta ancestral más importante de Zamora Chinchipe llegó ayer a su fin. Esta celebración se ha convertido en una vitrina para mostrar al mundo la diversidad de expresiones culturales de los shuar, mestizos, saraguros, puruhaes y afroecuatorianos que conviven en esa provincia oriental. Miles de personas llegaron desde otras ciudades del país y de la provincia entera para admirar esa demostración de interculturalidad.

Los festejos, cuyo principal objetivo es agradecer a la madre tierra (pachamama) por la abundancia de frutos, culminaron con un festival de deportes extremos. Ni el frío ni la lluvia impidieron la participación de los deportistas amantes de la libertad, la naturaleza, la aventura y la adrenalina en el Festival de Deportes Extremos desarrollado en Playas del Shaco. Pese al mal tiempo, al menos 1.000 personas disfrutaron del festival que se ha convertido en uno de los actos más esperados de la Pachamama Raymi.

Días antes de este evento, jóvenes, niños y adultos, hombres y mujeres de las diferentes etnias de la provincia desfilaron por las calles de la capital zamorana mostrando carros alegóricos decorados con esculturas de aves, plantas y frutos propios de la provincia. Fue el festival de comparsas denominado Interculturalidad y Reserva de Biósfera. Una tonelada de frutos de diversa especie y que están en plena producción en la provincia recorrió las calles en carrozas para mostrar a la gente la abundancia de alimentos que ofrece la madre tierra a toda la población.

Los miles de frutos fueron repartidos al público que en se dio cita al evento, mientras de fondo se desarrollaron danzas y coreografías con la participación de planteles educativos.

La ceremonia ritual del inicio de la celebración junto a la cascada La Poderosa y el encuentro infantil Coloreando la Cordillera del Cóndor tuvieron como escenario la naturaleza. El Prefecto de Zamora Chinchipe e impulsor de la fiesta, Salvador Quishpe, aprovechó los eventos para compartir con la gente su visión respecto del ambiente y su preservación.

La fiesta, organizada por el Gobierno Provincial de Zamora Chinchipe con el auspicio de al menos 16 firmas entre organismos de cooperación internacional, empresas privadas, instituciones públicas, organizaciones sociales e instituciones educativas, fue una sincronización de folclore, ciencia, leyenda, familiaridad y solidaridad.

Este fue el tercer año consecutivo de la celebración y se desarrolló con mayor acogida. El objetivo se está consiguiendo, dice Quishpe al comentar que el proceso se ha emprendido para fortalecer las culturas de nuestros pueblos; fomentar la interculturalidad, la equidad y la justicia social; valorar la biodiversidad y la concienciación ambiental; fomentar la producción agrícola, respetuosa de nuestra madre tierra; valorar las reservas de agua dulce y limpia; implementar la seguridad y soberanía alimentaria y fomentar el turismo.

Los foros Extrayendo Vida y Cultura y Biodiversidad en la Cordillera del Cóndor, así como los concursos Coloreando la Cordillera del Cóndor y el lanzamiento del libro Infancia de Oro en la Cordillera del Cóndor tuvieron gran acogida. La niñez y juventud zamorana fueron los principales actores. Ellos tuvieron la oportunidad de establecer conversatorios con expertos en el tema y descubrir la riqueza natural que tienen en su provincia. Para Claudio Torres, presidente del núcleo de Zamora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, espacios como el cine-foro Extrayendo Vida permiten ver la realidad de nuestro país y de nuestra madre tierra. “Nuestra provincia está inmersa en la minería a gran escala y creo que es obligación informar en forma real a la población sobre las secuelas que se derivan de ello”, señaló.

Efraín Abarca, maestro de la Unidad Educativa La Inmaculada, compartió ese criterio, por lo que felicitó al Gobierno Provincial “por la iniciativa de crear espacios de reflexión con la niñez sobre el cuidado de la naturaleza. Estos eventos les permite vincularse más al cuidado de nuestra madre tierra”.

La música y la danza, dos demostraciones culturales que ha ayudado en Zamora Chinchipe a mantener la identidad de sus pueblos, matizaron la celebración. El viernes por la noche, el coliseo de deportes de Zamora fue abarrotado por el público que aplaudió a las 23 delegaciones que llegaron desde los nueve cantones de la provincia, representando a barrios, escuelas, colegios, organizaciones sociales e indígenas. Fue un verdadero derroche de arte, mezcla de facetas de la idiosincrasia, la cultura y la vida cotidiana de su gente. Shuars, afroecuatorianos e indígenas saraguros han demostrado, por ejemplo, que ya no son islas, sino que están juntas recuperando su identidad a través de la danza, de la música, de los proyectos agroproductivos y de la participación social que promueve la institución provincial. Saraguros y shuars también demostraron que aún mantienen vivas sus lenguas. Por eso participaron con sus propias canciones y en sus propias lenguas en el concurso Canto a la Reserva de Biósfera Podocarpus-El Cóndor en lenguas nativas que se cumplió el sábado por la tarde.

La familiaridad, la solidaridad y el trabajo cooperativo, típico de etnias como la de los saraguros, estuvieron representadas en el Almuerzo Comunitario del sábado 5.

A la cabeza, organizando ese gran banquete para al menos 1.000 invitados, estuvo el prefecto de la provincia. A las 12:35 llegó a paso acelerado, cargando en sus hombros el pesado linche (instrumento que usan los saraguros para transportar productos en hombros). Estaba repleto de alimentos preparados. En sus manos otra bandeja cubierta con un blanco mantel provocó la curiosidad del público que esperaba para dar inicio al Almuerzo Comunitario. Decenas de personas hacían lo mismo, respondiendo a la invitación que desde hace varias semanas hizo la autoridad.

Ese trabajo cooperativo generó alimento para todos. Hubo cuy con papas, queso, mote, papa china, yogurt, pan, horneado de cerdo, gallina, plátano, yuca, arroz y una variedad de potajes. La algarabía se armó alrededor de la mesa que midió al menos 40 metros de largo.

Así como en el Almuerzo Comunitario o en el Festival de Juegos Ancestrales, los eventos (más de 20) desarrollados durante los cuatro días de fiesta buscaban esa posibilidad de demostrar que cuando la gente se integra es posible hacer un trabajo en minga y obtener los mejores resultados.

Esta tradicional forma de trabajo comunitario, participativo, es lo que en la práctica utiliza Quishpe en su gestión como prefecto de Zamora Chinchipe. La reunión con las comunidades para planificar, los convenios interinstitucionales, la gestión de los recursos y la participación de la comunidad son la base de su modelo de trabajo. Así ha conseguido dispersar las obras y los recursos a lo largo y ancho de la provincia.

“Nunca se había hecho esto aquí, por eso quiero felicitar al prefecto, por su interés en recuperar la solidaridad y la integración de todos los zamoranos”, dijo Ángel Jimbo, un morador de Zamora mientras participaba del almuerzo.

Con el cierre de la celebración empieza una nueva etapa en la planificación de la cuarta edición de la Pachamama que será el próximo año. Además, los organizadores y auspiciantes definen su agenda para entrega de reconocimientos y aportes para las comunidades o instituciones que triunfaron en los diferentes concursos.

La Hora

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