Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

lunes, 23 de mayo de 2011

Minería tras el referéndum

Por Walter Spurrier Baquerizo

Después de renegociar los contratos con las petroleras, tocaba negociar nuevos contratos mineros a la luz de la flamante Ley de Minas.

Durante la vigencia de la ley de minería de Gustavo Noboa, el país vivió una intensa exploración minera, la cual se paró en seco con el mandato minero de la Asamblea Nacional.

Esa paralización culminará cuando se cumplan tanto la renovación de los derechos mineros, en los casos en que esto se dé, como la firma de nuevos contratos.

El primer paso se cumple poco a poco; a la fecha siete empresas han recibido la ratificación de sus derechos, y son precisamente las que tienen depósitos más interesantes.

El siguiente paso es la firma de nuevos contratos, siendo los dos más importantes los de Ecuacorriente, propiedad de la china Tonggling, y Aurelian, de la canadiense Kinross, ambas con varias minas en Zamora y Morona.

La primera hará importantes inversiones para extraer mineral cuprífero, tratarlo y transportarlo a una terminal en Puerto Bolívar. La segunda, extraerá oro, y supongo que lo enviará vía aérea. No creo que se arriesgue a transportar furgones llenos de oro por las carreteras ecuatorianas.

En la Feria Mundial de Minería en Toronto, a la que acudieron nuestras autoridades para promover la minería en Ecuador, se entendió que dijeron que los primeros contratos saldrían en abril. Pero nada.

Recordemos que la política económica del Gobierno se centra en invertir en infraestructura hasta el último centavo que le entra a las arcas fiscales, lo cual lo torna vulnerable a un bajón de ingresos, por ejemplo, por una caída del precio del petróleo. Por lo que le conviene que la actividad minera en gran escala empiece pronto, y comience a aportar al fisco vía regalías e impuesto a la renta.

¿Por qué no se firman los contratos? Quizá el Gobierno tiene planteamientos muy duros, como altas regalías y su pago anticipado. Y como aún no se han hecho las inversiones fuertes, las compañías tienen una buena posición negociadora y se aguantan.

O quizá tenga que ver con el referéndum. Como los opositores más fuertes no fueron la “partidocracia” ni la “prensa corrupta” ni los “banqueros corruptos” sino los que fueran sus aliados para llegar al poder, expulsar a los congresistas de oposición de la legislatura, elaborar la nueva Constitución, etcétera, y estos opositores son contrarios a que en el país haya minería en gran escala, el presidente Correa podría haber querido esperar hasta el referéndum, para firmar los contratos.

Pero ahora surge un inconveniente. Así como Manabí es la gran beneficiada de las obras de infraestructura del Gobierno, y votó masivamente por el Sí, Zamora y Morona serán las grandes beneficiadas de la gigantesca inversión minera de los próximos años. Y votaron No.

¿Es este un indicio que las provincias receptoras de la minería, no la quieren? Si es así, ¿qué va a hacer el Gobierno? Una campaña masiva para hacerlas cambiar de opinión? ¿Está dispuesto a defender a los mineros de los ataques de los activistas que quieran frenar la minería?

El referéndum complicó el ya enredado panorama minero.

Fuente: Diario El Universo. Publicación autorizada por el autor.

escríbenos: salvadorprefecto@yahoo.es