Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

lunes, 17 de marzo de 2014

Quishpe: el 23-F demostró que la política no es la plata

El personaje:

Salvador Quishpe, el prefecto reelecto de Zamora Chinchipe, es una de las figuras más carismáticas del movimiento indígena y líder de la resistencia antiminera.

La entrevista

¿Qué lecciones saca usted de sus resultados electorales positivos?

La importancia de armar una propuesta de sostenibilidad de la provincia. Es decir, que la provincia produzca, no podemos confiarnos en ningún otro proyecto. Si apostamos por la agricultura, tenemos que meter tecnología, darle un valor agregado. Estamos trabajando en ganadería, para industrializar, semi industrializar por lo menos. La lección que recibo, entonces, es darle más duro con esa mirada, y trabajar con la idea de una producción limpia. La otra idea es el turismo. Hay una parroquia, Imbana, que se ha convertido en el territorio del tapir. Y empieza a llegar la gente a observar y fotografiar el tapir. ¿Por qué? Porque hemos creado condiciones para eso.

¿Y qué lección dejan las elecciones para el poder central?

La necesidad de poner en práctica lo que están diciendo. He escuchado mucho hablar del cambio de la matriz productiva. Tengo la sensación de que esa idea nació y casi está sucumbiendo en la Vicepresidencia de la República. ¿Qué hacen el Magap, Proecuador...?, Se gastan millones en consultorías, y las consultorías son una forma de sacar la plata en este modelo de Estado que vivimos. No pasa más de eso. Entre bromas yo les digo: a lo que ustedes están ordeñando las vacas en las computadoras, ya nosotros estamos ordeñando las vacas en el terreno. Esto es un asunto de estar todos los días en el campo, de lo contrario no funciona.

¿Cómo explica su resultado electoral, 50,34% a pesar de la bronca con el Presidente, a pesar de la política del Gobierno con usted y la provincia?

Es que la política no solamente es plata. La política es otra cosa. Es compartir, coordinar, convocar, hacer la minga. A mí me parece que ganamos, entre otras razones, con 6 puntos más de lo que sacamos en 2009, porque hemos dado una mirada a la producción, al campo. Y a la gente le gusta eso. Claro, no es todo. También hemos tenido que construir carreteras, puentes, asfaltar carreteras hasta donde se puede, que es poco, los recursos económicos no nos permiten hacer lo que necesita la provincia.

Usted estuvo en el almuerzo con el Presidente en Carondelet. ¿De qué hablaron? Porque el último recuerdo que había de ustedes es cuando se encontraron en la carretera y se desafiaron.

Incluso topamos eso. Yo le he dicho al señor Presidente: por favor, somos corresponsables ante mi provincia y ante el Ecuador, necesitamos coordinar en lo mínimo, es obligación nuestra. Cuando uno recibe el mandato tiene la obligación de coordinar con el presidente de la junta parroquial, con el alcalde, con el prefecto, con el Presidente de la República, ¿cuál es la diferencia? Le he dicho al señor Presidente: le agradecería que cuando visite la provincia nos haga saber, que no tenga yo que estar informándome al segundo día por los periódicos. La respuesta de él fue: pero no me cerrarás las carreteras. Yo le dije: ¿Usted sí sabe lo que pasó media hora antes del cruce de palabras que tuvimos? ¿Cómo tiene que estar uno cuando le corchan la salida y nadie le hace caso? Yo estaba pidiendo que me dejaran salir y, como no me hacían caso, empecé a hablar duro. Ahí usted me escucho y me dijo lo que me dijo y yo contesté. Se rió y no hubo más comentarios.

¿Se habló de un cambio de actitud de parte del Gobierno?

Yo creo que aquí el punto es: hay un error en pensar que, cerrando las llaves de las finanzas para los prefectos, los prefectos se van a ahogar. No es así. Queda demostrado que no es verdad. Porque una cosa es el quehacer político y otra cosa es tener o no tener la plata. Yo vine a la reunión con el presidente, básicamente, para decir dos cosas. Y le dije. Primero: necesitamos revisar esa política minera y esa política petrolera. Eso no puede seguir así como está. Segundo: del petróleo que ya está explotándose, no es justo que a la Amazonía se le siga dando un dólar calculado en un precio del barril de $40 (ley 010). Porque el barril de petróleo hoy no está en $40, está bordeando los $100. Se puso un dólar en  2007 porque el barril subió de promedio $12 o $15,  a $40.

¿Hubo una respuesta?

Sí, el presidente ha sido muy claro. Yo no estoy de acuerdo con lo que ha dicho pero fue muy claro. Respecto al tema minero, él dice que eso va porque va. Respecto a la ley 010 nos ha dicho: es un tema conversable. Y le estamos tomando la palabra. Hemos emprendido acciones, asambleas, propuestas en la Amazonía, el proyecto de reforma a la ley 010 está listo.

¿Y en cuanto a las minas? Basta ver el mapa electoral para advertir que a Pachakútik le va bien ahí donde hay resistencia antiestractivista. ¿Cómo piensa responder a ese mensaje?

La provincia va a seguir diciendo lo que ha dicho desde cuando se conoció de estos proyectos: año 2005. La gente sabe que nos han dicho una cosa y están haciendo otra. Por ejemplo: que no se iba a desplazar a los dueños de las fincas que quedan alrededor del proyecto Mirador. Luego desaparecieron San Marcos. Dijeron que iban a reubicar a San Marcos en algún lado. Hoy San Marcos no existe ni en su lugar original ni en ningún otro. Luego empezaron a obligar a comprar las fincas a los otros vecinos. Les ofrecieron un precio irrisorio y les obligan a vender. Ya pasó eso con unos cuarenta y pico de finqueros: les obligaron. Y ahora viene una segunda tanda con otros finqueros, así mismo obligándoles, poniéndoles el precio ellos, los mineros, con el acompañamiento del Gobierno. Son pequeñas cositas. Y hay cosas grandes que nos dan la pauta de que esto no va a ser la panacea que dice el Gobierno.

¿Por ejemplo?

En el año 2011, cuando el actual vicepresidente fue ministro coordinador de Sectores Estratégicos, nos visitó en Zamora. Vino a mi despacho. Ahí conversamos con algunos dirigentes y le pregunté cómo vamos a controlar los niveles de producción. Digamos que ya nos imponen todo, que se está haciendo la minería. Lo que vamos a ver son los tráilers cargados de tierra saliendo de la provincia, no es que vamos a ver los lingotes de cobre. Lo más probable es que se va a refinar en la China. ¿Cómo vamos a saber cuántos lingotes salieron? Y la respuesta fue: vamos a mandar un equipo de técnicos a controlar eso en la China. A mí eso me ratifica que el Ecuador está en las puertas de recibir una goleada sin precedentes. Será la goleada del siglo XXI. Los chinos harán lo que siempre han hecho: saldrán 100 lingotes, declararán impuestos de los 50 y los otros 50 se los guardarán.

¿Cómo van a hacer ustedes para interpretar el mensaje de la provincia frente a un Gobierno que definitivamente no lo oye?

Nosotros no tenemos el poder. ¿Qué tenemos que hacer? Exponernos. No es que yo tenga un plan. La gente se pronunciará. Hay algo que está pasando, de verdad una revolución. Hay un movimiento, un cambio de actitud muy interesante en la gente en torno al Yasuní. Hay que seguir concienciando sobre eso. Yo quisiera que trabajemos sobre esos temas en todo el Ecuador, que no sea un tema de reflexión solo en las comunidades indígenas. ¿Qué están haciendo las universidades? Deberían estar leyendo lo que hacen los ciudadanos con respecto al Yasuní, deberían estar diseñando el futuro del Ecuador para 50, 100 años. Se vieneYachay, se viene Ikiam, las escuelas del milenio... ¿Se están incorporando temas nuevos en los contenidos universitarios? En mi provincia la capa arable es débil, pero eso no significa que tenemos que dejar la agricultura. ¿Estos asuntos se están incluyendo en los contenidos de las universaidades? Me parece que esta revolución se está quedando solo en el caparazón: lindas escuelas del milenio, pero el contenido sigue siendo enciclopédico.

¿Qué va a pasar en Pachakútik, que sale fortalecido de las elecciones? ¿Va a haber un replanteamiento interno?

Hemos cometido el gravísimo error de no hacer actividad política. A mí me preocupa la ausencia de la Conaie en los temas nacionales. Ahora tenemos un decreto 16: si yo soy una organización de hecho y mañana resuelvo hacer un pronunciamiento al amparo del artículo 98 de la Constitución, resulta que no tengo ese derecho porque no soy reconocido. ¿Cómo así? Necesitamos hacer una actividad política y no la hemos hecho. El éxito electoral anima, pero, al mismo tiempo nos manda a revisar cosas.

¿Está proponiendo un cambio de liderazgo en la Conaie?

No solamente de personas. Necesitamos un cambio en la actitud, en las propuestas, en el trabajo, en el cumplimiento del deber. Podría ser el mismo compañero Humberto, repito, no se trata de cambiar personas, se trata de cambiar la presencia de la Conaie en el contexto nacional.

Ustedes están haciendo frente a un doble contexto: la necesidad de colaborar con el Gobierno para responder a las necesidades de la provincia, y por el otro lado el tema minero. ¿Cómo se va a resolver este conflicto? ¿Qué van a hacer ustedes?

Es bien confuso qué vamos a hacer. No quisiera adelantarme porque esto sí debemos consultar primero allá, hasta por estrategia. Pero yo creo que la gente va a reaccionar en su momento. Ojalá no sea muy tarde. Yo tengo esperanza de que la gente va a actuar. Más allá de si se hace o no se hace la consulta sobre el Yasuní, hay una reacción interesante, una demostración de la madurez de la ciudadanía, de los jóvenes, de muchos sectores. Hoy es el Yasuní, mañana puede ser la cordillera del Cóndor. A mí me toca nadar, al mismo tiempo, para arriba y para abajo. Debo tener plata para construir los puentes, para construir los coliseos, para asfaltar. ¿Quién tiene la llave de esa caja? El Gobierno. Por otro lado, me toca cumplir las resoluciones de las organizaciones respecto de estos temas, Decreto 16, minería a gran escala y una serie de resoluciones. Uno tiene que cumplir en las dos cosas. (JH-RA)

Diario Hoy.

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