La ciudad peruana de Cerro de Pasco, situada a más de 4.300 metros sobre el nivel del mar, tiene las horas contadas. La ampliación de la actividad minera exige, por ley, que se mude a otro sitio. Pero hasta que eso no ocurra, sus pobladores verán deteriorarse su salud. Por Alejandro Pintamalli
En el Departamento de Pasco se extrae desde hace 350 años plata, zinc, cobre y plomo. Las comunidades que están asentadas alrededor del tajo abierto de 1,8 kilómetros de largo de la mina más alta del mundo se exponen diariamente a enfermedades graves.
Las concentraciones muy elevadas de plomo y otros metales pesados generan trastornos irreversibles en los niños como retraso mental, problemas de habla y de conducta. También daña órganos vitales y afecta la capacidad reproductiva.
El problema se agravó con el aumento de los asentamientos en tierras consideradas como pasivos mineros, con altas concentraciones de óxidos naturales.
"Claro que hay terrenos para comprar, pero cuando hay dinero", dijo al canal de televisión Telesur una de las tantas mujeres que habita en la zona de Paraccha, ocupada por centenares de familias pobres. Según sus pobladores, no existen señalizaciones que adviertan del peligro al que se exponen por la contaminación de los desechos químicos en el lugar. El informe 'colgado' en YouTube advierte que los cerros de basura tóxica rodean los centros urbanos.
A este cuadro hay que agregar que muchas viviendas corren peligro de desmoronamiento por las grietas que causan las detonaciones.
La gravedad del problema obligó a las autoridades a intervenir en algunos casos graves. La ley 29.293 de diciembre de 2008 declaró la necesidad de implementar medidas urgentes para reubicar a la población de Cerro de Pasco.
"Si, efectivamente, la única alternativa es trasladar la ciudad a algún lugar intangible pero, ¿qué vamos a hacer mientras tanto?", dice Percy Suárez, secretario general del Frente Cívico de Defensa de Pasco. Mientras tanto, la compañía Volcan, la más importante de la región, planea extender la mina 11,4 hectáreas más, sobre el casco urbano.
El denominado 'Plan L' devoraría varios edificios antiguos como la Iglesia y la plaza de Chaupimarca, una institución educativa y otros edificios emblemáticos. La empresa acordó este plan de expansión tras varias reuniones públicas con delegados municipales y de organizaciones sociales.
"Lamentablemente acá hay que reconocer que muchas autoridades públicas no acataron la aplicación de las normas correspondientes", se lamenta Suárez, y recuerda que "en el año 1998 se aprobó un acta en el que se decía que ya no debe avanzar el tajo abierto y que, en todo caso, se debía aplicar una tecnología de punta vía subsuelo. Luego llegaron otras autoridades que tiraron al tacho esa norma".
La minera se defiende recordando que el departamento de Pasco fue explotado antes por la estadounidense Cerro de Pasco Koper Corporation y la estatal Centromin. El problema, asegura, no es la contaminación sino la exposición al plomo en áreas de alta concentración de minerales.
Nadie parece tener en claro, sin embargo, quién asumirá el gasto de mudar la ciudad. Las autoridades políticas no se deciden y la empresa sigue adelante con sus planes. Dos posibles emplazamientos la ubicarían a menos de 50 kilómetros de la posición actual y el traslado costaría más de mil millones de dólares.
Fuente: Radio Nederland Wereldomroep
En el Departamento de Pasco se extrae desde hace 350 años plata, zinc, cobre y plomo. Las comunidades que están asentadas alrededor del tajo abierto de 1,8 kilómetros de largo de la mina más alta del mundo se exponen diariamente a enfermedades graves.
Las concentraciones muy elevadas de plomo y otros metales pesados generan trastornos irreversibles en los niños como retraso mental, problemas de habla y de conducta. También daña órganos vitales y afecta la capacidad reproductiva.
El problema se agravó con el aumento de los asentamientos en tierras consideradas como pasivos mineros, con altas concentraciones de óxidos naturales.
"Claro que hay terrenos para comprar, pero cuando hay dinero", dijo al canal de televisión Telesur una de las tantas mujeres que habita en la zona de Paraccha, ocupada por centenares de familias pobres. Según sus pobladores, no existen señalizaciones que adviertan del peligro al que se exponen por la contaminación de los desechos químicos en el lugar. El informe 'colgado' en YouTube advierte que los cerros de basura tóxica rodean los centros urbanos.
A este cuadro hay que agregar que muchas viviendas corren peligro de desmoronamiento por las grietas que causan las detonaciones.
La gravedad del problema obligó a las autoridades a intervenir en algunos casos graves. La ley 29.293 de diciembre de 2008 declaró la necesidad de implementar medidas urgentes para reubicar a la población de Cerro de Pasco.
"Si, efectivamente, la única alternativa es trasladar la ciudad a algún lugar intangible pero, ¿qué vamos a hacer mientras tanto?", dice Percy Suárez, secretario general del Frente Cívico de Defensa de Pasco. Mientras tanto, la compañía Volcan, la más importante de la región, planea extender la mina 11,4 hectáreas más, sobre el casco urbano.
El denominado 'Plan L' devoraría varios edificios antiguos como la Iglesia y la plaza de Chaupimarca, una institución educativa y otros edificios emblemáticos. La empresa acordó este plan de expansión tras varias reuniones públicas con delegados municipales y de organizaciones sociales.
"Lamentablemente acá hay que reconocer que muchas autoridades públicas no acataron la aplicación de las normas correspondientes", se lamenta Suárez, y recuerda que "en el año 1998 se aprobó un acta en el que se decía que ya no debe avanzar el tajo abierto y que, en todo caso, se debía aplicar una tecnología de punta vía subsuelo. Luego llegaron otras autoridades que tiraron al tacho esa norma".
La minera se defiende recordando que el departamento de Pasco fue explotado antes por la estadounidense Cerro de Pasco Koper Corporation y la estatal Centromin. El problema, asegura, no es la contaminación sino la exposición al plomo en áreas de alta concentración de minerales.
Nadie parece tener en claro, sin embargo, quién asumirá el gasto de mudar la ciudad. Las autoridades políticas no se deciden y la empresa sigue adelante con sus planes. Dos posibles emplazamientos la ubicarían a menos de 50 kilómetros de la posición actual y el traslado costaría más de mil millones de dólares.
Fuente: Radio Nederland Wereldomroep