Matt Finer, científico especializado en biodiversidad, opina que los científicos no hablan de monitos o de pajaritos en el Yasuní, sino de la vida más valiosa.
Desde el punto de vista científico, ¿qué importancia tiene el Yasuní?
En una escala local que cubre unos 100 kilómetros cuadrados, Yasuní es el lugar con mayor diversidad en el mundo. Los análisis realizados anteriormente eran a escalas más grandes, que cubrían unos 10 000 kilómetros. A ese nivel, se podía decir que los Andes -incluidas sus montañas, ríos y valles- contenían una alta biodiversidad. Lo que quiero decir con esto es que en cualquier sitio del Yasuní se encuentran más especies de anfibios, reptiles, insectos y plantas que en otra parte del planeta. Basados en lo que tenemos, Yasuní entonces es el banco de biodiversidad más grande de las Américas y tal vez a nivel planetario también.
¿Por qué hay que defender al Yasuní aun enfrentándose a grandes intereses?
Hay que decir que es el refugio de especies amenazadas y únicas que existen en el mundo. Existen varios modelos que proyectan los efectos del cambio climático, para Yasuní no hay uno en particular. Pero cuando se hace una síntesis de ellos, observamos que en los próximos 50 años Yasuní, el sur de la selva de Colombia y Loreto (en el norte de Perú) mantendrán la humedad. Si no la destruyen los humanos, pese al cambio climático seguirá allí la vida en estado puro. Ese es el gran valor que en este momento tiene el Yasuní, no sufrirá los embates del cambio climático que sí afectará al resto de la Amazonia, por ejemplo.
¿Por qué Yasuní es un sitio tan privilegiado a tal punto que para especialistas en biodiversidad se constituye en algo así como el arca de Noé?
Lo más maravilloso es que tiene las características para sobrevivir. Tiene los tres elementos más importantes para ser el banco de biodiversidad más valioso del mundo: es húmedo, cálido y no está fragmentado. Si así lo mantenemos, en lo posterior se constituirá en nuestra arca de Noé.
En concreto, ¿qué tiene esta arca de Noé?
Hay resultados impresionantes como la existencia de 150 tipos de anfibios. Esto es un récord mundial, pues no hay otro lugar con el tamaño de esta reserva que tenga tanto. Únicamente en la estación Tiputini, que constituye 6,2 km², existen por lo menos 139 especies de anfibios.
Las aves son otro universo lleno de sorpresas en esta reserva natural de Ecuador...
En efecto, existen 596 especies, pero Yasuní sí tiene contendor. Se trata del parque Manu, que está ubicado en Perú. Este lugar es reconocido como un santuario para los ornitólogos del mundo. Las dos reservas juntas no tienen competencia en el mundo, no hay otro sitio similar a estas dos riquezas. Pero Yasuní supera en mamíferos a escala local, tiene 200 especies y lo más destacable es que solamente en Tiputini está la biodiversidad más grande de murciélagos de todo el planeta.
Estos hallazgos tienen valor científico pero no económico. ¿Cuál es la respuesta científica que se ha dado hasta el momento a esta realidad?
No estoy de acuerdo con lo que dicen, que mucha gente va a sufrir solamente por salvar a unos pajaritos y arbolitos. Los científicos no estamos hablando de pajaritos o monitos, estamos hablando del conjunto de vida más valiosa del mundo. Es uno de los contadísimos lugares en estado puro que le queda a la humanidad.
¿Por qué Yasuní tiene ese privilegio de ser el santuario natural de occidente?
Por ahora no podemos demostrar el porqué. Sin embargo, nos inclinamos a pensar que Yasuní está en una zona geográfica con dos ejes. El primero de ellos está a lo largo de la línea ecuatorial y otro es el eje de conexión entre los Andes y la Amazonia. Los dos convergen allí. El uno es cálido y el otro es húmedo y esa alta biodiversidad quizá se debe a que es eternamente húmedo y cálido. En ese lugar casi no existe, por ejemplo, temporada fría ni seca.
¿Por esos hallazgos recomiendan suspender cualquier actividad petrolera que se pueda dar a futuro?
Es importante conservar la extensión de Yasuní intacta. Su núcleo todavía es grande si se compara con otras reservas, donde no se ven chorungos ni maquisapas. Yasuní no ha perdido ninguna especie. En la década de los 80 se mermó con la construcción de una carretera, en la década de los 90 se volvió a perder con la vía Maxus. Queda el núcleo. Y si la estatal Petroecuador intenta poner siete plataformas, una planta de procesamiento de crudo y abrir vías de transporte para trasladar el hidrocarburo, es el adiós del Parque Nacional Yasuní. Ya se ha han jugado dos partidas y las hemos perdido. Entonces, con la tercera todo habrá terminado.
¿Qué beneficio traería conservar el Parque Yasuní en un país que tiene una mentalidad cortoplacista?
Yasuní tiene el gran potencial de ser el arca de Noé, que tienen los ecuatorianos, que tienen los científicos y que tiene el mundo entero. El Parque Nacional Yasuní tiene un nombre hecho y ese es un logro que ha conseguido Ecuador. Ahora, lo que queda es que se busquen las alternativas para convertir en rentable al parque rentable en estado puro.
¿Qué importancia tiene el Yasuní en el debate y en la solución al cambio climático?
El éxito de la Iniciativa Yasuni-ITT (Ishpingo-Tambococha- Tiputini) será el de otros lugares del mundo que dependen de Yasuní para sobrevivir. Si Ecuador no logra ganar con esa iniciativa, la reserva Medidi de Bolivia,
Loreto en Perú o bosques en Tailandia que tienen petróleo, como un dominó sucumbirán a la sed que tiene el mundo de petróleo.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Matt Finer es parte del equipo de 13 científicos ecuatorianos y de EE.UU. que actualizaron la biodiversidad del Yasuní. Trabaja para Save America’s Forest. Tiene un doctorado en Biología.
Su punto de vista. Los científicos no hablan de monitos o de pajaritos en el Yasuní, sino de la vida más valiosa.
Fuente: El Comercio
Desde el punto de vista científico, ¿qué importancia tiene el Yasuní?
En una escala local que cubre unos 100 kilómetros cuadrados, Yasuní es el lugar con mayor diversidad en el mundo. Los análisis realizados anteriormente eran a escalas más grandes, que cubrían unos 10 000 kilómetros. A ese nivel, se podía decir que los Andes -incluidas sus montañas, ríos y valles- contenían una alta biodiversidad. Lo que quiero decir con esto es que en cualquier sitio del Yasuní se encuentran más especies de anfibios, reptiles, insectos y plantas que en otra parte del planeta. Basados en lo que tenemos, Yasuní entonces es el banco de biodiversidad más grande de las Américas y tal vez a nivel planetario también.
¿Por qué hay que defender al Yasuní aun enfrentándose a grandes intereses?
Hay que decir que es el refugio de especies amenazadas y únicas que existen en el mundo. Existen varios modelos que proyectan los efectos del cambio climático, para Yasuní no hay uno en particular. Pero cuando se hace una síntesis de ellos, observamos que en los próximos 50 años Yasuní, el sur de la selva de Colombia y Loreto (en el norte de Perú) mantendrán la humedad. Si no la destruyen los humanos, pese al cambio climático seguirá allí la vida en estado puro. Ese es el gran valor que en este momento tiene el Yasuní, no sufrirá los embates del cambio climático que sí afectará al resto de la Amazonia, por ejemplo.
¿Por qué Yasuní es un sitio tan privilegiado a tal punto que para especialistas en biodiversidad se constituye en algo así como el arca de Noé?
Lo más maravilloso es que tiene las características para sobrevivir. Tiene los tres elementos más importantes para ser el banco de biodiversidad más valioso del mundo: es húmedo, cálido y no está fragmentado. Si así lo mantenemos, en lo posterior se constituirá en nuestra arca de Noé.
En concreto, ¿qué tiene esta arca de Noé?
Hay resultados impresionantes como la existencia de 150 tipos de anfibios. Esto es un récord mundial, pues no hay otro lugar con el tamaño de esta reserva que tenga tanto. Únicamente en la estación Tiputini, que constituye 6,2 km², existen por lo menos 139 especies de anfibios.
Las aves son otro universo lleno de sorpresas en esta reserva natural de Ecuador...
En efecto, existen 596 especies, pero Yasuní sí tiene contendor. Se trata del parque Manu, que está ubicado en Perú. Este lugar es reconocido como un santuario para los ornitólogos del mundo. Las dos reservas juntas no tienen competencia en el mundo, no hay otro sitio similar a estas dos riquezas. Pero Yasuní supera en mamíferos a escala local, tiene 200 especies y lo más destacable es que solamente en Tiputini está la biodiversidad más grande de murciélagos de todo el planeta.
Estos hallazgos tienen valor científico pero no económico. ¿Cuál es la respuesta científica que se ha dado hasta el momento a esta realidad?
No estoy de acuerdo con lo que dicen, que mucha gente va a sufrir solamente por salvar a unos pajaritos y arbolitos. Los científicos no estamos hablando de pajaritos o monitos, estamos hablando del conjunto de vida más valiosa del mundo. Es uno de los contadísimos lugares en estado puro que le queda a la humanidad.
¿Por qué Yasuní tiene ese privilegio de ser el santuario natural de occidente?
Por ahora no podemos demostrar el porqué. Sin embargo, nos inclinamos a pensar que Yasuní está en una zona geográfica con dos ejes. El primero de ellos está a lo largo de la línea ecuatorial y otro es el eje de conexión entre los Andes y la Amazonia. Los dos convergen allí. El uno es cálido y el otro es húmedo y esa alta biodiversidad quizá se debe a que es eternamente húmedo y cálido. En ese lugar casi no existe, por ejemplo, temporada fría ni seca.
¿Por esos hallazgos recomiendan suspender cualquier actividad petrolera que se pueda dar a futuro?
Es importante conservar la extensión de Yasuní intacta. Su núcleo todavía es grande si se compara con otras reservas, donde no se ven chorungos ni maquisapas. Yasuní no ha perdido ninguna especie. En la década de los 80 se mermó con la construcción de una carretera, en la década de los 90 se volvió a perder con la vía Maxus. Queda el núcleo. Y si la estatal Petroecuador intenta poner siete plataformas, una planta de procesamiento de crudo y abrir vías de transporte para trasladar el hidrocarburo, es el adiós del Parque Nacional Yasuní. Ya se ha han jugado dos partidas y las hemos perdido. Entonces, con la tercera todo habrá terminado.
¿Qué beneficio traería conservar el Parque Yasuní en un país que tiene una mentalidad cortoplacista?
Yasuní tiene el gran potencial de ser el arca de Noé, que tienen los ecuatorianos, que tienen los científicos y que tiene el mundo entero. El Parque Nacional Yasuní tiene un nombre hecho y ese es un logro que ha conseguido Ecuador. Ahora, lo que queda es que se busquen las alternativas para convertir en rentable al parque rentable en estado puro.
¿Qué importancia tiene el Yasuní en el debate y en la solución al cambio climático?
El éxito de la Iniciativa Yasuni-ITT (Ishpingo-Tambococha- Tiputini) será el de otros lugares del mundo que dependen de Yasuní para sobrevivir. Si Ecuador no logra ganar con esa iniciativa, la reserva Medidi de Bolivia,
Loreto en Perú o bosques en Tailandia que tienen petróleo, como un dominó sucumbirán a la sed que tiene el mundo de petróleo.
¿POR QUÉ ESTÁ AQUÍ?
Su experiencia. Matt Finer es parte del equipo de 13 científicos ecuatorianos y de EE.UU. que actualizaron la biodiversidad del Yasuní. Trabaja para Save America’s Forest. Tiene un doctorado en Biología.
Su punto de vista. Los científicos no hablan de monitos o de pajaritos en el Yasuní, sino de la vida más valiosa.
Revista
Fuente: El Comercio