El Gobierno alemán no financiará el plan medioambiental ecuatoriano para salvar la reserva natural de Yasuní y no explotar sus yacimientos petrolíferos porque considera que su apoyo sentaría un "precedente" que podrían querer imitar otros países. (Berlín/EFE).
La secretaria de Estado del Ministerio de Cooperación alemán, Gudrun Kopp, dijo ante una comisión parlamentaria que el pago directo que implica este proyecto tiene unas repercusiones no deseadas para Berlín.
"Un pago directo para un fondo de ese tipo crea un precedente, que puede resultar en última instancia muy caro", aseguró Kopp en referencia al "principio de omisión de acción", que es, en última instancia, lo que propone Ecuador.
Kopp agregó que una vez que se instituya ese principio de actuación en asuntos de cooperación, otros países podrían instar a Alemania a apoyar financieramente proyectos similares.
La mayoría de los grupos parlamentarios representados en la comisión, entre ellos los socialdemócratas del SPD, Los Verdes y La Izquierda, pero también los liberales del FDP presentes en la coalición del Gobierno alemán, criticaron la postura del Ejecutivo.
Alegaron en defensa del proyecto ecuatoriano que Naciones Unidas ha abierto un fondo exclusivo a este respecto que controla y supervisa.
A juicio del Ministerio de Cooperación, sería más conveniente que en lugar de tratar de instaurar un nuevo modelo de proyectos medioambientales, Ecuador integrase el plan para el Yasuní dentro de los programas para la protección de bosques REDD de Naciones Unidas.
No obstante, Catharin Klenck, asistente científica de la parlamentaria de Los Verdes Ute Koczy, dijo a Efe que un proyecto polivalente como el del Yasuní-ITT, que integra protección para el medio ambiente, promoción de las energías renovables, desarrollo sostenible y protección de poblaciones indígenas no encaja dentro de los postulados y objetivos de los REDD.
La comisión se reunió para evaluar la reciente visita a Berlín de la jefa de la comisión negociadora para el Yasuní-ITT, Ivonne Baki, que alegó posibles "motivos políticos" para explicar las reticencias alemanas.
En esa semana de encuentros, Alemania se comprometió a anunciar antes de la Asamblea General de Naciones Unidas del próximo octubre si apoyaría o no financieramente el proyecto para preservar la reserva del Yasuni.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se comprometió ante Ecuador a llamar personalmente a todos los jefes de Estado y de Gobierno de los potenciales países donantes, entre los que se encuentra la canciller alemana Angela Merkel, para solicitar su presencia en el encuentro.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, lanzó el proyecto Yasuní-ITT en 2007, con el objetivo de que la comunidad internacional sufragase un fondo para que Ecuador preservase intacta la reserva del Yasuní y no explotase sus yacimientos petrolíferos.
El parque, creado en 1979 y declarado Reserva Mundial de la Biósfera diez años más tarde, abarca 982.000 hectáreas de la cuenca del alto Napo, y Ecuador pide una contribución internacional de al menos 3.500 millones de dólares para no extraer el petróleo y evitar la emisión de 410 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Hasta el momento, las principales contribuciones para este plan han sido la española, de un millón de dólares, y la chilena, que prometió 200.000 dólares.
La secretaria de Estado del Ministerio de Cooperación alemán, Gudrun Kopp, dijo ante una comisión parlamentaria que el pago directo que implica este proyecto tiene unas repercusiones no deseadas para Berlín.
"Un pago directo para un fondo de ese tipo crea un precedente, que puede resultar en última instancia muy caro", aseguró Kopp en referencia al "principio de omisión de acción", que es, en última instancia, lo que propone Ecuador.
Kopp agregó que una vez que se instituya ese principio de actuación en asuntos de cooperación, otros países podrían instar a Alemania a apoyar financieramente proyectos similares.
La mayoría de los grupos parlamentarios representados en la comisión, entre ellos los socialdemócratas del SPD, Los Verdes y La Izquierda, pero también los liberales del FDP presentes en la coalición del Gobierno alemán, criticaron la postura del Ejecutivo.
Alegaron en defensa del proyecto ecuatoriano que Naciones Unidas ha abierto un fondo exclusivo a este respecto que controla y supervisa.
A juicio del Ministerio de Cooperación, sería más conveniente que en lugar de tratar de instaurar un nuevo modelo de proyectos medioambientales, Ecuador integrase el plan para el Yasuní dentro de los programas para la protección de bosques REDD de Naciones Unidas.
No obstante, Catharin Klenck, asistente científica de la parlamentaria de Los Verdes Ute Koczy, dijo a Efe que un proyecto polivalente como el del Yasuní-ITT, que integra protección para el medio ambiente, promoción de las energías renovables, desarrollo sostenible y protección de poblaciones indígenas no encaja dentro de los postulados y objetivos de los REDD.
La comisión se reunió para evaluar la reciente visita a Berlín de la jefa de la comisión negociadora para el Yasuní-ITT, Ivonne Baki, que alegó posibles "motivos políticos" para explicar las reticencias alemanas.
En esa semana de encuentros, Alemania se comprometió a anunciar antes de la Asamblea General de Naciones Unidas del próximo octubre si apoyaría o no financieramente el proyecto para preservar la reserva del Yasuni.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se comprometió ante Ecuador a llamar personalmente a todos los jefes de Estado y de Gobierno de los potenciales países donantes, entre los que se encuentra la canciller alemana Angela Merkel, para solicitar su presencia en el encuentro.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, lanzó el proyecto Yasuní-ITT en 2007, con el objetivo de que la comunidad internacional sufragase un fondo para que Ecuador preservase intacta la reserva del Yasuní y no explotase sus yacimientos petrolíferos.
El parque, creado en 1979 y declarado Reserva Mundial de la Biósfera diez años más tarde, abarca 982.000 hectáreas de la cuenca del alto Napo, y Ecuador pide una contribución internacional de al menos 3.500 millones de dólares para no extraer el petróleo y evitar la emisión de 410 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Hasta el momento, las principales contribuciones para este plan han sido la española, de un millón de dólares, y la chilena, que prometió 200.000 dólares.
Fuente: Ecuador en Vivo