Zamora.- Cerca de
47 finqueros del barrio San Marcos de la parroquia Tundayme del cantón el
Pangui, que actualmente están siendo denunciados por la Empresa Minera China
ECSA, por supuestamente no querer vender sus fincas, piden que la Trasnacional
salga de su comunidad.
Ante ello Julio Ramón, morador del barrio y actualmente
demandado por la Empresa, se siente preocupado por la situación que atraviesan,
dijo que ahora exigen que ECSA, salga de su comunidad, porque a pesar de
incumplirle a la comunidad, se está atentando contra los derechos humanos y
ambientales del sector. “Nuestros ríos están siendo peligrosamente
contaminados, según el Presidente de la República, los pobladores de la zona de
influencia del proyecto minero a gran escala son los principales beneficiarios,
pero aquí no se ve eso, aquí lo que se ve es maltrato y contaminación”,
explicó.
“No vamos a dar un pie atrás, hace años defendimos
nuestro territorio, de la invasión peruana, ahora será lo mismo, queremos que
se vaya la empresa, la gente que vendió sus tierras fue engañada y perjudicada,
no vamos a seguir permitiendo que nos pisoteen nuestros derechos; exigimos que
vengan los representantes del Medio Ambiente y evidencien todo el daño
ambiental que hay en ésta zona”, indicó Julio Ramón otro de los afectados.
Por su parte, Arturo Sánchez, dijo que han buscado ayuda
de las autoridades de gobierno pero que la misma ha sido negada, sin embargo
resaltó que el prefecto de la provincia Salvador Quishpe Lozano, ha planteado
una reunión urgente con todos los finqueros para analizar la situación y
generar una propuesta en beneficio de San Marcos. “El Prefecto ha sido claro,
él se ha convertido en la voz de quienes somos ofendidos por las malas
políticas que se imponen, es la única autoridad que lucha por la dignidad de su
pueblo”, puntualizó.
Otro es el caso de Rosario Sánchez, ella vive en San
Marcos desde los primeros años de colonización de parroquia Tundayme y menciona
que para el 2006, vendió parte de su finca a la Empresa, bajo el engaño de que
sería reubicada en un sector fuera del proyecto minero, “lo hicimos a bajo
precio pensando que se iba cumplir con estos ofrecimientos, pero han pasado 8
años y todo ha sido una mentira”. Además asegura que si la empresa quiere
comprarles, nadie les venderá sus tierras, por que desconfían de la
transnacional.
A su vez los habitantes dicen estar indignados por la
forma en que realizan la actividad minera, por ejemplo aducen que el material
de la capilla y escuela derrumbada la semana pasada, fueron esparcidos sin
ninguna precaución en las riveras de la vía y cerca del río, razón por la cual
se sienten contrariados por el trato que la mencionada transnacional le da a la
naturaleza, que le miente a la opinión nacional con su slogan un “trato justo”.