Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

Salvador Quishpe Lozano - Prefecto

jueves, 18 de abril de 2013

En Ecuador impera la justicia de facto. Sentencia es nula e inmoral.

"Es una verguenza mundial que en nuestro país impere una justicia correísta, que se evidencia sumisa, parcializada y obediente al Ejecutivo", afirmó el asambleísta Cléver Jiménez ante la sentencia en su contra dictada por la cuestionada jueza Lucy de Blacio.


"La sentencia de la jueza "Lucy de Facto" es nula, de nulidad absoluta por varias razones: porque ella usurpa el cargo -el que le correspondía a Yolanda Yupanki-, gracias a que le regalaron puntos en su elección a cambio de su obediencia a Carondelet, como ha quedado demostrado con su espúrrea sentencia; y porque secundada y protegida por el régimen más corrupto de la historia, se ha arrogado funciones que no le corresponden al prevaricar y calificar la acusación particular de los abogados de Correa, sin solicitar a la Asamblea el levantamiento de mi inmunidad parlamentaria, hecho inédito y sin precedentes en el mundo, irrespetando así mis derechos y en expresa violación del Artículo 217 del Código Penal y el Artículo 128 de la Constitución de la República", afirmó el Asambleísta.


Me han amenazado, a mí, a mis colegas, a mi familia. Soy víctima de una evidente persecución política como represalia a mi gestión parlamentaria fiscalizadora, a mis denuncias de corrupción como las del Caso Duzac- Delgado, del Caso 30S, del Caso de Etnocidio de los pueblos no contactados, del Caso Ecuacorrientes y mi defensa inclaudicable de los recursos naturales, entre otros.


"En Ecuador no hay justicia y apelaré a las instancias internacionales, como todos los perseguidos políticos que acumula este Gobierno y que con saña y alevosía me ha dejado en clara indefensión. Soy un hombre humilde pero he tenido la sagacidad de enfrentar a los poderosos de turno que están entontecidos por el dinero, pero sé que algún día se hará justicia. Agradezco a mis colegas solidarios de la Asamblea a mi familia que me apoya constantemente y sé también que Dios protege mi camino, porque tengo mi conciencia y mi honor limpios", sentenció finalmente el asambleísta Jiménez.


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